Autora: Raquel Alameda
Este sexto encuentro finaliza esta primera temporada de ‘Viernes Visten Canas’. Los madrugadores que hemos llegado antes del inicio de la charla, tenemos el lujo de ver llegar a las invitadas de hoy sonrientes, enérgicas, saludando con alegría y gratitud a las responsables de que estos enriquecedores desayunos existan, junto al resto de los privilegiados asistentes.
Con admiración observamos como Estela coloca con un cariño infinito sus telas y ovillos sobre unas mesitas a modo de presentación de lo que ella diseña, crea, desarrolla y enseña. Lo hace con mimo, lentitud, cuidado y total entrega.
Hoy hablamos de la industria de la moda, la segunda más contaminante de todo el planeta debido a la espiral de producción y consumo incontrolado a la que muchos han sucumbido. Afortunadamente hoy podemos llenarnos de esperanza ante la valentía de estas dos empresarias y empezar a tejer con ilusión una charla de la que se espera que haya un antes y un después a la hora de volver a vestirnos. Porque lo más importante para ellas, por encima de todo, es que el incalculable valor humano que hay detrás de cada prenda se deje de vincular a la palabra miseria.
Comienza la charla María, con el deseo mutuo que transcurra como ‘alrededor de una mesa camilla con un desayuno participativo’. María Almazán está creando un modelo de producción textil más justo, más sostenible y escalable al mundo entero conectando talleres que pueden proveer a grandes marcas de los volúmenes que necesitan. Ahí es nada señores. Una mujer para la que no existen fronteras y con energía casi incansable de recorrer el mundo para defender los derechos humanos y el amor al planeta Tierra. Tras trabajar supervisando empresas en Asia, decidió dar a luz ‘Latitude’, con la que ya una buena parte de las grandes empresas de España y parte del resto de mundo, están aliándose para mejorar su cadena de producción, cuidando del planeta y de su personal.
Estela Sánchez, creadora de ‘Son de telar’, presenta su empresa de un modo tan único como cada una de sus creaciones: ‘Igual que las notas en un pentagrama, originan una pieza musical. Los hilos que forman la urdimbre y la trama, danzando al son del telar, originan la pieza creando….el tejido.’
Estela viene de familia costurera, modista y sastres. Al inicio de su trayectoria artística hizo de todo, desde cerámica a pintura. Hasta que se encontró con las mantas traperas, las jarapas en los pueblos. Comenzó a confeccionar sus propias telas con 27-28 años y ya suman veinticuatro los años que ha dedicado a este arte, el que realiza con fibras naturales como lino, seda, algodón, celulosas vegetales y prácticamente siempre teñidas con tintes naturales que incluso ella misma sembrada, cosechaba y aplicaba. Durante cuatro años cultivó la planta tintorera por excelencia, el índigo. Esta formidable planta da cuatro cosechas al año y regala cuatro tonalidades diferentes de azules ella sola. El proceso de producción es 100 % artesanal, por lo que cada una de sus prendas es inigualable. ‘ La urdimbre se prepara en el urdidor y se teje en el telar, lo que solo se puede llevar a cabo con paciencia, dedicación y mucho amor.’
María, desde Latitude, facilita el acceso a las empresas de más de 700 tipos de materiales sostenibles, creando, por ahora, una red de seis fábricas en España que trabajan con éstos. En su inicio trabajaban con temas textiles relacionados con teatro, cine, ‘lo bonito’… Pero ‘le faltaba lo macro’. Empezó a focalizarse de lo pequeño a lo grande, unir artesanía, tradición y sostenibilidad con empresas de enorme producción. Ahora está al frente de una empresa reconocida a nivel nacional por sus valores y sostenibilidad. ‘Su ADN es 100% sostenible’, palabra que tatúan en nuestro ADN con la misma perseverancia con las que ellas la defienden, pues es solo cuestión de consciencia conseguir un mundo en equilibrio.
María comparte el proyecto ‘El Bosque de Galicia’, comunidad que vio nacer Latitude, aunque ahora su sede central esté en Madrid. Se lleva a cabo con fondos públicos y en pleno ‘Cores do Gaiás’, un nuevo pulmón verde de 24 hectáreas que incrementa la biodiversidad de la zona y mejora el metabolismo ambiental de Santiago. ‘Se entiende lo rústico pero se respira lo actual’.
Se trabaja con paisajistas, universidades, agrónomos, museos… Incluso se han diseñado cajas DIY (Hazlo tú mismo) en las que puedes diseñar y confeccionar tu propia ropa con materiales y tintes naturales o, más simple, comprar ya la prenda hecha para llevar con el mismo mimo con el que fue hecha.
Para conservar la tradición, Latitude trabaja con el banco de semillas de Galicia, sus agricultores, diseñadores gallegos, etc., junto con sus propios directores creativos. La unión hace la fuerza para seguir con el legado de la naturaleza, la tradición o la sabiduría popular.
Y con proyectos como ‘Creative Commons’, pretende replicar en el mundo entero este ejemplo de sostenibilidad y ecología, pues en todos los países hay plantas tintoras, tierras para cultivar materiales ecológicos, en todos se confeccionó de manera artesanal sus prendas y pueden presumir de tradiciones sostenibles.
Llegan antes que en los anteriores desayunos las preguntas. ¿Cuál es el concepto de sostenibilidad?
La afronta Estela. En Son de telar ‘Su metodología es bajo consumo de energía, misiones concretas y consciencia con el agua.’ Antes de los pesticidas ya se utilizaban plantas que ahuyentaban las plagas y debemos volver a utilizarlas.
Luego nos explica que un ‘mordiente’ es un vehículo sin el cual no se puede teñir.
Con excepción del índigo, extraído por la planta Isatis tintorea o la cáscara de nuez. Nos muestra un ovillo índigo sin mordiente, confeccionado con medios naturales como el oxígeno o la luz. Este proceso precisa de menos consumo de agua y no contamina. Sin embargo los tintes químicos precisan de una enorme cantidad de agua para fijarlos y contaminan la tierra e incluso nuestra propia piel en muchos casos.
Las personas que trabajaban con tintes naturales han tenido que cambiar hábitos, como dejar de utilizar el cloruro de estaño, que dejaba colores maravillosos pero es devastador para el ecosistema. También se han dejado de utilizar el Cloruro de Estaño, el Sulfato de Cobre y el Dicromato potasico.
Al final el concepto de sostenibilidad es consciencia y hábitos. No queremos que haya química y sin embargo los seres humanos y animales somos química y el mayor laboratorio se encuentra en el mundo vegetal.
Ambas declaran que no paran de trabajar y aprender para que la industria de la moda sea mejor para el mundo y nuestra piel. ¿Hasta dónde puede llegar esto? Estela se declara ‘súper pesimista’. Para ella el primer paso sería llevar a cabo políticas proteccionistas. María nos pone el ejemplo de Inglaterra, en la que se respira cultura y en la que se puede vivir de la lana sin la infinidad de obstáculos que hay en España. Se precisan políticas culturales, aunque haya proyectos deficitarios, por lo menos que los haya. ‘Pasos para poder reivindicar con orgullo que somos artesanos felices.’
A María ‘la provoca una tristeza inmensa porque no se valora el coste del producto artesano y ya no se distingue entre la artesanía y la masa.’ Nos cuenta la anécdota de amigos que habían comprado supuestas artesanías en África que ella misma reconocía como prendas hechas en China y sin ningún valor artesanal. Respuesta común: ‘Sin cultura no hay avances.’
Busquemos incansables la alianza entre tradición y tecnología sostenible, ésta es la clave para seguir avanzando.
¿Cuál es la visión para llegar al punto de ecología y sostenibilidad? Para ambas está claro: ‘Valor, educación para el consumidor desde una marca que le sensibilice. Porque como advierte María, ‘si no se protege la artesanía, se la van a cargar, promoviendo que la moda siga siendo el segundo mayor contaminante.’ María ya ha conseguido que haya un folleto en la Cámara de Comercio que invita a registrar una Marca para que el diseño artesano se proteja. Todos están dispuestos a hacerlo y desde Latitude se estudian las posibles salidas al mercado. Podemos trabajar en una ‘Línea contemporánea’ con colaboraciones, educación, valores…
¿Qué pasa porque no llevemos miles de colores? Se plantea Estela junto a sus deliciosas telas y ovillos en tonos otoñales que calman sentidos y alma. ‘Se trata de relajarnos en el tema del color.’
¿Cómo os reciben? María responde que depende del departamento. Para el de compras, el artesano no suele encajar. Para el de sostenibilidad / RSE, sin embargo, todo encaja. Fácil de entender, el artesano produce poco y costoso aunque frente a la sostenibilidad su producción sea perfecta…Pero María ya ha conseguido que ‘por fin se valore lo que está haciendo.’ Y Estela ha conseguido trabajar mano a mano durante varios años con la Asociación de Creadores Textiles de Madrid en el Museo del Traje de Madrid.
Ahora con internet y las redes… todo hacia fuera para lograr tener autonomía. Proyectos de transición, aplicación de la metodología para adaptarlos a la industria masiva. Y, sobre todo, unión, alianza y más unión. Como ya dan ejemplo los agricultores ecologistas que proveen a grandes marcas sin perder su esencia, con los que María trabaja codo a codo.
¿Cuál es el perfil del comprador? ¿Dónde compro prendas sostenibles? Estela responde veloz: ‘Me llamas directamente. Trabajo con encargos, proyectos, contactos… O la Asociación de Textiles de Madrid citada. María cuenta que ya hay marcas que trabajan de manera sostenible casi al 100% a escalas mayores y ella, sin quererlo, se ha convertido en una ‘prescriptora’ del cambio. Permite la facilitación de la compra para que sea más sencillo adquirir productos artesanos desde cualquier parte del mundo. Ama Pintirest como buen ejemplo para descubrir y compartir.
Para ambas es la pregunta de cómo hacemos para transmitir este conocimiento, conservando esta valiosa sabiduría. Para Estela la respuesta es triste: ‘En España no es una actividad económica rentable, a no ser que te vayas, por ejemplo, a Inglaterra.’ María se muestra abiertamente positiva: ‘Nosotros hemos apostado por revivir talleres a punto de cerrar. Talleres que durante muchos años fueron rentables, valorados, hasta llegar al punto de darlos vergüenza enseñar las técnicas a las sucesivas generaciones porque se habían convertido en ejemplo de esfuerzo sin recompensa.’ Latitude ha aportado ‘dignificación y autoestima a las personas que se dedicaban a la artesanía, logrando comunicarlas con grandes cadenas.’
Entre los asistentes hay una diseñadora de moda que se plantea si de verdad existen artesanos, pues para ella resulta muy difícil encontrarlos, y cuando lo consigue, duda de la sostenibilidad final. A veces los halla más fácilmente en el extranjero, pero los precios de transportes y la contaminación que genera importarlos, siguen sin hacer rentable el producto final, por lo que se sigue optando por lo fácil, lo químico o hecho en China, entre otras opciones cero sostenibles. María comparte cuatro opciones:
- Fibras naturales ecológicas, como algodón, seda, lino o lana
- Regeneración de textil a textil
- Pasar del plástico al textil
- Investigación como tejidos hechos con algas, por ejemplo
Al final en la vida todo es cuestión de ‘compensaciones’: transportes con ecología y artesanía con tecnología…
En el cierre, Estela pone fin a su charla agradeciendo infinitamente a mYmO por la difusión y el aporte a que los valores se difundan. ‘Gracias por existir mYmO, porque nos permite juntarnos, vivir un momento contemporáneo, relacionarnos y difundir conocimiento.’
Lo dicho, cierre de temporada de ‘Viernes Visten Canas’, con un antes y un después a la hora de vestirnos, afrontar el consumo y dar ejemplo de valores. La sostenibilidad es posible y depende, en gran medida, de nuestro consumo responsable y de la educación que demos a las generaciones sucesoras.
Nos quedamos expectantes del inicio de la próxima temporada, en la que cambiaremos café por vino en el Centro Conde Duque, bajo las estrellas y entre la esperanza. Hasta el quince de Septiembre, ¡feliz verano para todos!