Autora: Raquel Alameda
En el ultimo Viernes Visten Canas de este año, nos acompaña Rosa Casal con El Arte de Alimentarse.
Rosa Casal es, ante todo, ejemplo del cambio que quiere ver en el mundo a través de su experiencia, sabiduría y pasión. En su propósito de que vivamos con más consciencia y buena salud a todos los niveles, dirige y enseña en su Escuela de vida, dedicada a la formación de Alimentación Energética y Macrobiótica, entre varias disciplinas. Su admirable energía y perseverancia le han llevado a ser consultora en nutrición Macrobiótica, pionera en España del masaje Metamórfico, instructora de Tao Curativo y un largo etcétera que les invito a explorar en www.escueladevida.es si quieren descubrir modo de pensar, sentirse y actuar en pleno equilibrio.
‘La inquietud y constancia en la vida me han llevado a explorar caminos que ayudaran a potenciar al ser humano.’ El primer paso de esta dilatada carrera empezó, nunca mejor dicho, por sus pies. ‘Desde que era muy niña pedía a mis papás un masaje en los pies como premio al final del día y yo les dirigía. En la adolescencia esta petición cesó y se retomó cuando me casé, hasta que mi marido dijo ‘basta’ disfruté de cada una de sus caricias obligadas en mis pies. Finalmente llegué a dar pagas a mis hijas para masajear mis pies a cuatro manos.’
‘En lugar de considerar ir al psiquiatra’ ella prefirió viajar hasta Suiza para aprovechar un curso de Reflexología en el que descubre cada punto energético, las memorias antiguas o las del feto y mucho más. Regresa con ganas irrefrenables de experimentar y aplicar todo. Sus primeros pacientes fueron su familia y el hijo de un amigo que asistía a un colegio de niños especiales, el cual gracias a sus masajes en los pies, mejoró notablemente su comportamiento. Le siguieron muchos más, por los que dejó de lado su profesión hasta ese momento y sigue formándose-formando cada día. Ella lo define así: ‘Mi comienzo fue ese toquecito inocente en los pies.’
Ahondando en el bienestar integral, profundizó en una frase que, cuando empezó, era una locura pronunciar, ‘somos lo que comemos’. Ahora es ‘de sentido común’, pues de la comida fabricamos la sangre y el agua que somos. ‘De nuestra nutrición depende el proceso de salud y de enfermedad. Los alimentos que cocinamos y los líquidos que ingerimos, con el modo de hacerlo, marcarán nuestra vida, emociones, sueños, pensamientos… Si la mente es la que dirige nuestra vida, es nuestra responsabilidad alimentarla en equilibrio.’
El aprendizaje que más valora de sus maestros es ‘Somos Luz, es ciencia, todo es Luz’. Porque en la dimensión cuántica todo es energía. Es fácil entender que los alimentos que más luz aportan a nuestra vida son aquellos que realizan la fotosíntesis y provienen de la naturaleza, los vegetales, los cereales, etc. Estos son los alimentos ‘de primera mano’. Los de ‘segunda mano’ son los animales ya que a su vez se han alimentado de los alimentos de primera mano.
Todo el resto, los procesados, refinados, industrializados; de ‘tercera mano’ en adelante, restan más de lo que aportan, sobre todo al sistema nervioso-cerebro, que es el mayor consumidor de oxígeno.
Resume su valioso legado en ‘Tres Reglas de Oro’:
- ‘Debemos masticar muy bien cada alimento, hasta convertir lo sólido en líquido y viceversa gracias a la saliva.’ Es una regla fundamental, ‘si no masticamos la comida, no masticaremos bien nuestra vida. Si la comida está bien salivada, la vida fluye mejor. Nuestra saliva es el mayor anticancerígeno y es un regalo de la naturaleza del que podemos abusar porque además de beneficiarnos, hará que comamos cantidades más pequeñas, saciantes y nutritivas.
- Comer alimentos vivos, mayoritariamente de primera mano. De la calidad de éstos, depende nuestra energía.
- Si respetamos las dos primeras reglas, la tercera se da por sentada: ‘poca cantidad’. Y ¿qué es poca cantidad? Aquella que individualmente haga que te levantes de la mesa satisfecho aunque con un poquito de hambre, un pequeño espacio en el estómago que nos aleja de los médicos.
Tanto es así, que el primer examen en sus cursos es la masticación. Un regalo de sus maestros es la filosofía que dicta el Tao. ‘En el Tao se dice que el 70% de las enfermedades se curaría masticando 100 veces cada alimento.’ Nuestro actual ritmo lo impide, pero nos permite respetar la primera regla de oro si aceptamos que en el estómago no hay 32 piezas dentales para triturar, lo cual lleva a cabo con química, el ácido clorhídrico, que además de corroer el sistema digestivo, acidifica nuestra sangre alterando el pH, punto clave de la salud y la enfermedad.
Los mejores maestros son nuestros ancianos. ‘Cuando éramos pobres comíamos mejor’. Ejemplo de ello es la perfecta comida, cereales con legumbres. Al cereal lo falta la lisina presente en la legumbre para ser entero y a la legumbre la falta el triptófano del cereal. Juntos forman la mejor proteína para nuestro cuerpo. Se comía lo justo, se cocinaba a fuego lento, se masticaba con deleite y la calidad era excelente.
En el estrés que vivimos hay falta de sentido común, el que hallaremos en gran parte en la cocina macrobiótica, donde se utiliza el equilibrio entre el ying y el yang, los elementos expansivos (frío) y los alimentos contractivos (fuego).
La lección que quiere dejar a sus alumnos y al mayor número de personas es clara: ‘en el proceso de digestión damos la respuesta al mundo.’ De que, como y cuanto ingerimos, dependerán las decisiones que conforman nuestra vida y la Luz de nuestra energía. ‘Si no mastica bien tu comida tampoco conseguirás masticar bien tu vida’.
Comenzamos con las preguntas y en la primera recordamos otra sabia lección. Es muy importante cocinar las legumbres a fuego lento porque las desdoblan y nos aportan tranquilidad. La legumbre ayuda a nuestros riñones, aportándonos fluidez y calma. La cocina es alquimia. Como decía Hipócrates, que la comida sea tu medicina y la medicina tu alimento. Lo ideal es comer en comunión con todos los sentidos y paz. Incluso el modo en el que cortamos los alimentos y donde los calentamos influyen en la energía que sentiremos. Desechemos los microondas y, no siendo fácil cocinar con el fuego de la leña, volvamos al fuego del gas como mínimo, mucho mejor que la inducción.
Con la segunda pregunta entendemos mejor el mundo de las verduras. Aquellas que son redondas y de raíces, como la cebolla o calabaza, vienen bien en potajes o cocciones largas, favoreciendo a nuestros riñones y sistema digestivo. Para diario es perfecto una ración de verdura escaldada. Bastan cuatro minutos en agua hirviendo para quitarla la energía expansiva-fría y obtener todos sus nutrientes. Las mejores son las de hojas verdes, desde brócoli, acelgas o espinacas.
Ya tenemos clara la tercera pregunta. Las dietas crudiveganas mantenidas durante un largo período, dan mucha energía Ying, expansiva, pero es un extremo que nos puede debilitar y a la larga dar problemas. Del mismo modo que una dieta rica en energía Yang, contractiva, como los huevos, quesos curados o sal refinada, nos puede provocar problemas en las articulaciones, entre otras patologías. Ningún exceso es bueno, siempre hay que buscar el equilibrio. Alimentos como las semillas, frutos secos, algas (tienen los mejores minerales y son limpiadoras de la sangre), cereales o legumbres tienden a equilibrar.
Así pues, el Yang es energía de vida, es fuego. Y el Ying es energía de muerte, frío. A medida que envejecemos debemos tender a consumir más Yang y evitar el alcohol, conservantes, grandes cantidades de fruta, bebidas frías de la nevera y leche junto a todos sus derivados, por ejemplo.
Aprendemos consejos para los niños, para los cuales es mucho más importante la alimentación porque todo se está formando y creciendo rápidamente. Como ejemplar maestra, nos habla de su propia experiencia. A sus hijas las enseñó a comer con calma y llenando la mesa de comidas ricas y divertidas, como pasteles de colores con mijo, zanahoria y judías verdes o hamburguesas con quinoa.
Reconoce que la pasta es buena, mejor que sea de trigo sarraceno o quinoa, es decir, con fibra y de grano entero, sin refinar. Nos da buena energía, ligereza y divierte a niños y adultos.
Una asistente adolescente pregunta cuánto es poco y como cubrir las necesidades de nutrientes. Para Rosa la clave está en respetar las dos primeras reglas de oro y escuchar con atención a nuestro cuerpo, él nos dirá.
A todos nos interesa como cubrir las necesidades de nutrientes. Para cada uno de nosotros hay una respuesta diferente pues depende de nuestro estilo de vida y gasto energético. Aunque nos enseña una base. En nuestra dieta semanal es ideal consumir un 50% de carbohidratos, un 35% de verdura (en invierno mejor cocida) y un 15% de legumbres y proteínas (porcentaje que sube en los niños y personas de gran desgaste físico).
‘El propósito de la dieta debe ser limpiar y que se vaya todo lo que sobra.’
Nos aclara que la comida al vapor es una estupenda manera de cocinar, especialmente el pescado que viene impregnado de sustancias nocivas. También conserva los minerales de las verduras. Y, una vez más, sin abusar, pues en exceso nos hará sentir demasiados ‘vaporosos’, volados. Combinar con las verduras salteadas que nos dan chispa, nos alegran y sacan nuestro sentido del humor.
Sus primeras y últimas palabras son de gratitud hacia nuestra presencia e interés mostrado, ya que empezamos unos minutos antes de tiempo y acabamos después de lo previsto. Agradece todo lo que ha aprendido y lo que en la naturaleza crece en su bendita tierra. ‘Nosotros influimos en el medio ambiente, en nuestro propio cuerpo y en la energía más espiritual, la que nos une.’
De la mano de mYmO ya hemos aprendido como cuidar del planeta de muchas maneras, ser más sostenibles y desde hoy aún más conscientes, saludables y seguros. Del ejemplo de Rosa hemos visto que se puede empezar un camino con intuición y pasión.
Rosa comenzó su camino sintiendo el placer de mimar la base de su cuerpo, lo siguió aprendiendo de maestros llenos de Luz y ahora ella la contagia.
Exploremos su propuesta, volver a sentir el Ser de Luz que éramos cuando nacimos. Es fácil, equilibrio entre el Ying y el Yang.
Muchas gracias a María Rosa Casal, a mYmO con todas sus colaboradoras y a todos los asistentes que nos enriquecen con su interés.
Buen camino amigos de mYmO. Gracias por vuestra decisión de seguirnos. Ya saben, somos decisiones hechas con un cerebro insaciable de oxígeno, alimentos de calidad y calma, pensémoslo cada día.