¡Uvas y quesos saben a besos! ¡Qué bonito refrán no lo conocía!
De estos miles de refranes que solo las abuelas conocen.
De estos refranes que introducen color , sabor y olor a las conversaciones.
Raquel Díaz Reguera con su libro Abuelas de la A a la Z, nos regala un libro con 29 declinaciones de abuelas, desde la Abuela Arreglacosas hasta la Abuela Viajera, pasando por la Tiquismiquis, la Tejedora de cuentos y muchas más.
Un libro ilustrado con magníficos dibujos que bucea por el universo de las abuelas, sus recuerdos, sus refranes y sus bolsillos, esos «lugares misteriosos. Cerrados con cremallera, abotonados, o sin cierre alguno. En ellos puedes encontrar casi, casi cualquier cosa y a simple vista parece que tiene fondo, sin embargo, cuando una abuela mete mano en unos de sus bolsillos…tachan…ya sabes, cierra los ojos y pide un deseo, con un poco de suerte se hará realidad.»
Del universo de las abuelas descrita con esmero por Raquel recupero dos que me han gustado especialmente y a ver si estáis de acuerdo conmigo.
La abuela Curapupas: «También conocidas como abuelas abrazables, pues están diseñadas para que al estrecharlas se te diluyan los miedos, las vergüenzas, los enfados por injusticias injustificables y cualquier dolor atroz de toda pupa espantosa (o no) que requiera un tratamiento de ternura urgente. Las abuelas Curapupas vienen con un termómetro labial incorporado, y lo mismo te curan una indigestión acariciándote suavemente la panza, que te cicatrizan un rasguño con un par de soplidos. Saben aplicar alcohol sin que escueza, hacer tatuajes con mercromina y vendarlo todo de forma que parezca que la cosa ha sido gravísima. No hay mejor antibiótico que el beso de una abuela Curapupas y si va acompañado con la canción del ‹‹Cura sana culito de rana››, entonces ya es infalible. »
Las abuelas Tejedoras de cuentos «conocen todas las palabras del mundo y saben colocarlas en el lugar oportuno, por eso son infalibles a la hora de inventar personajes, y estos siempre tan reales que hay niños que incluso son capaces de tocarlos. Tejen relatos que dejan boquiabiertos a sus nietos. De la Z a la A y de la A a la Z, hilan las letras del abecedario para trenzar historias que se quedan para siempre danzando en la imaginación de los que saben escucharlas.»
No todas las personas mayores tienen nietos así que notas son abuelas, ¿pero también se pueden tener abuelas de adopción verdad?
¡Un beso a todas las abuelas del mundo!
Para más información aquí va el blog de Raquel Díaz Reguera, con sus magnificas ilustraciones y publicaciones.