Autora: Raquel Martín
Jared Diamond se planta ante un auditorio lleno hasta arriba, saluda y dice: “Por favor, levantad la mano aquellas personas que tengan más de 65, o esperen vivir más de 65 años o tienen padres o abuelos que hayan vivido por encima de los 65 años.” Un mar de manos alzadas llenan el patio de butacas, junto con risas tímidas. Las palabras que el ponente pronunciará a continuación van dedicadas a todas las personas que han alzado la mano, a todos nosotros.
Así empieza la charla TED en la que Diamond, escritor, biólogo y fisiólogo, doctor por la Universidad de Cambridge, habla sobre los valores y las formas sociales, centrándose particularmente en el papel que juegan los más mayores en las sociedades tribales. Aunque haya sociedades tribales que no resultan conocidas por el cuidado de las personas de edad avanzada, Diamond hace hincapié en el respeto a las personas mayores en estas agrupaciones y las compara con la “gerontofobia” de nuestras sociedades modernas.
Sabemos que en algunas sociedades primitivas los ancianos son eminentemente respetados, mucho más que en la nuestra. Esto sucede porque en ese tipo de colectivos, los ancianos son los depositarios de información (“sabe más el diablo por viejo que por diablo”, que dice el refranero popular) y, en un ambiente salvaje e inhóspito, donde las personas no tienen acceso a las fuentes de información básicas, la opinión de los ancianos puede suponer la diferencia entra la vida y la muerte. Los valores culturales también influyen en el respeto a los mayores. Diamond pone como ejemplo a sociedades de Asia Oriental, influenciadas por las doctrinas confucionistas, que promocionan el respeto a los ancianos.
“Las personas mayores en las sociedades tradicionales tienen un inmenso valor que nunca conseguirán en nuestras sociedades modernas”, comenta el antropólogo, que achaca esta falta de valores hacia los más mayores a tres factores clave de nuestra sociedad, que damos por implícitos, por lo que nunca está de más reflexionar sobre ellos.
- Damos un alto valor al trabajo: si no eres productivo no aportas ningún tipo de valor añadido a la sociedad, y más vale que estés apartado.
- El individualismo. Este punto es más importante en sociedades anglosajonas como las que describe Diamond. En las mediterráneas como la nuestra, en las que la familia tiene un valor superior a la que tiene en las sociedades del norte, el individualismo está más pormenorizado. Sin embargo, aunque en menor medida, también sucede: damos demasiado valor a la autosuficiencia, y nos ponemos nerviosos cuando una persona depende demasiado de nosotros, sin pararnos a pensar que igual en unos años nosotros necesitemos también de los demás para realizar ciertas tareas que ahora hacemos solos
- El culto a la juventud, potenciado por potentes emisores de contenido e información, como los medios de comunicación de masas, la publicidad, el cine o la música, y que nos hace admirar lo joven y apartarnos de lo viejo. “¿Cuando fue la última vez que visteis un anuncio de refrescos o de cervezas con una persona de 85 años sonriendo? Nunca” dice Diamond.
El escritor y profesor analiza otros factores que suponen un reto para la ideal integración de las personas mayores en la sociedad: desde factores demográficos como el envejecimiento cada vez mayor de la población, laborales como los retos que implica el proceso de jubilación a nivel emocional, hasta geográficos, como es el hecho de que, por factores sociales, vitales o económicos, los padres y los hijos acaben viviendo en distintas regiones y eso cause un aislamiento por parte de las personas mayores.
Pero quizás el mayor reto, según Diamond, es que “nuestros mayores son objetivamente menos útiles que en las sociedades tradicionales. La generalización de la alfabetización hace que ellos ya no sean útiles como depositarios de conocimiento.” De manera más profunda, en un mundo cambiante que evoluciona constantemente, las personas mayores ven que el conocimiento que adquirieron de jóvenes es en ocasiones inútil, a diferencia de las sociedades tribales en la que el conocimiento aprendido de niño suele mantenerse como útil el resto de su vida. Es más, las personas mayores, deben reinventar sus conocimientos adaptándose a los cambios tecnológicos (redes sociales, uso de internet, tecnología móvil etc). Diamond pone como ejemplo de esto cómo manejaba con destreza la primera televisión que hubo en casa de sus padres, con tres ruedecillas, mientras que ahora se debe enfrentar a un mando de 41 botones que le derrota.
Sin embargo, como suele pasar a menudo, el tema es más complejo de lo que parece en un principio. Las personas mayores ya no son depositarias de conocimiento único, pero sí son depositarias de experiencias que los más jóvenes no hemos vivido. Diamond habla de guerras mundiales y de Gran Depresión, yo hablaría de la guerra civil y de dictaduras extremistas. Hace unos años visité Auswitchz y en la entrada del campo había un cartel con un texto que me golpeó y preocupó: “Un pueblo que no conoce su historia está condenado a repetirla.” Viendo el aumento de la importancia de los movimientos xenófobos en Europa, el auge y el apoyo de Trump en Estados Unidos y las sistemáticas violaciones de los derechos humanos que está realizando la UE con el drama de los refugiados, me pregunto si estamos fallando como generación al olvidar lo que ya nos han contado los más mayores.
Diamond añade que, además de experiencia, los seniors van mejorando ciertas habilidades conforme se hacen mayores: “las personas mayores son mejores supervisando, administrando, sintetizando, enseñando o pensando estrategias“. Son, por tanto, los consejeros ideales.
Aunque la edad trae ciertas ventajas, las personas mayores en la sociedad moderna, pues, asumen una serie de retos a nivel antropológico bastante desafiantes. Es responsabilidad de todos, jóvenes, adultos y mayores minimizar los valores negativos asociados a la edad y potenciar el talento senior para que beneficie al conjunto de la sociedad. Volvamos a hacer que cumplir años sea un valor añadido y no una cosa que de miedo.
4 comentarios
Es interesante, no es este lugar suficiente para debatir lo que dice el conferenciante, pero sí hacer notar que nada refiere según lo escrito, a lo que representa el egoísmo humano, causante por ejemplo de la orientación de nuestra moderna tecnología, que apunta fundamentalmente al “negocio”. Lo que se fabrica, inventa y difunde, es en función a ese negocio, y no a la necesidad humana. Mientras prevalezca el accionar genético de nuestros genes egoístas, nuestra especie irá deambulando desde basurales electrónicos hasta calentamiento global y de ataque a la naturaleza. Hay que ocuparse de atenuar a los genes egoístas y del engaño. Es posible hacerlo
Hola Jorge, tenemos tu artículo que apoya a tu discurso y que nos vienes a contar! Estamos de acuerdo en que deberíamos preocuparnos de colaborar, respetar, escucharnos y cosas lindas que algunos no hacen y que otros mucho sí. No hay que olvidar que somos muchos en este planeta y que lo malo sale en las noticias y lo bueno menos!;-/ habrá que sumar esfuerzos para que lo recomendable sea más visible y para que podamos entre todos diseñar otros modelos de relación y progreso. Gracias por tus aportaciones, eleonora
En ningún momento se procura cambio alguno al tradicional concepto de ser humano, con lo cual sería muy diferente la consideración del envejecimiento . Lo científicamente comprobado es que no somos un ser único con un yo que tiene conciencia de ello, sino que somos entes holobiontes configurados por una simbiosis con billones de bacterias que comparten con nosotros nuestras vidas en un concepto recíproco y cooperador, a lo cual se ha denominado nuestro microbiota. Nuestro yo corporal es el que rige el conjunto y nosotros solamente tenemos consciencia de él sin percibir lo que aporta el conjunto de la microbiota, lo cual es desconocido para nosotros. O sea el ente cooperador que somos es lo que constituye nuestra realidad, y en base a ello habría que reestructurar toda nuestra realidad y concepto propio, lo cual merece que continúen las investigaciones al respecto. El envejecimiento, cambia sustancialmente porque la microbiota bacteriana se renueva permanentemente , hasta nuestro fallecimiento. Es sobre lo que hay que construir una nueva humanidad con una cabida muy diferente a la que tenemos hasta ahora. Todo esto está corroborado por la ciencia y no es una teoría, sino la realidad concreta. No considerar esto es cabalgar en conceptos medievales, e ignorar lo descubierto. Muchas gracias.
Muchas gracias por tus aportaciones Jorge;-)