Autor: Cipriano Rivera
Querer ser una ciudad amigable con los mayores debe significar que las políticas sociales de la ciudad estén orientadas no solo a mejorar la convivencia de los mayores, sino también a hacerles desempeñar un papel activo dentro de la sociedad. Por ello, los retos pendientes que se plantean en el estudio deberían formar parte de las acciones prioritarias a desarrollar por parte del Ayuntamiento de Madrid.
La Red Mundial de Ciudades Amigables con las Personas Mayores es un proyecto que promueve la Organización Mundial de la Salud (OMS) desde el 2010, y que trata de dar respuesta a dos realidades de la población: envejecimiento progresivo y concentración en megaurbes.
Según la OMS, una ciudad amigable es “aquella que facilita envejecer de forma activa a sus mayores”, si bien, cada persona puede tener su propio concepto de ciudad amigable, como por ejemplo: “aquella que goza de una buena convivencia, donde existe amabilidad en el trato entre vecinos, la gente percibe sus derechos y se siente feliz de vivir en ella”.
Esta Red está formada actualmente por 258 ciudades pertenecientes a 28 países, siendo España el país con más ciudades (53) amigables, seguida de Estados Unidos, con 45. Madrid se incorporó a esta red en el año 2014.
El Ayuntamiento de Madrid, a petición de la OMS, ha publicado en Noviembre de 2015 un estudio para evaluar el grado de amigabilidad de Madrid para con sus mayores. Este estudio cubre los principales aspectos que afectan a sus vidas: el transporte, la sanidad, el ocio, la participación cívica y el empleo, reflejándose en él tanto los logros alcanzados por Madrid, como el análisis que los propios mayores realizan sobre los aspectos analizados y como podrían mejorarse, siendo estas propuestas la parte más interesante del estudio.
Este estudio también debería servir como base para observar la evolución futura del grado de “amigabilidad” de Madrid. De él vamos a destacar aquellas oportunidades de mejora que se han propuesto alineadas en los siguientes ejes:
Integración intergeneracional
Una de los conceptos más repetidos del estudio es la integración intergeneracional de la sociedad con el objetivo de que los mayores tengan una voz activa dentro de la misma, reforzando con ello su autoestima. Ni que decir tiene que este deseo de nuestros mayores debe servir a mYmO como acicate para desarrollar sus objetivos, y que las propuestas del estudio sirvan como inspiración para el desarrollo de futuros programas de apoyo al mundo senior.
Entre las oportunidades de mejora en la integración social que aporta el estudio destacamos las siguientes:
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Fomentar la convivencia entre generaciones a través de actividades tan variadas como el deporte, el teatro, el intercambio de experiencias laborales, el voluntariado y por qué no, las fiestas populares.
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Aprovechar los espacios públicos para favorecer dicha integración, proponiendo como ejemplo juntar “columpios con mesas de ajedrez”.
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Creación de “rincones de comunicación” en barrios, parques urbanos o en los grandes parques madrileños (el Retiro, la Dehesa de la Villa…).
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Dinamizar los centros de mayores para fomentar las relaciones intergeneracionales
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Creación de foros (clubs, asociaciones…) donde las personas mayores compartan sus experiencias, especialmente las relacionadas con el mundo laboral (a través de conferencias, consejos para emprender negocios o apoyo en la formación), como puede ser la propia mYmO.
De hecho, los expertos consultados en este estudio, junto con los mayores, solicitan reconvertir los centros de mayores en lugares de encuentros, coincidiendo con una de las líneas de proyectos que pretende poner en marcha mYmO.
Ahora bien, los propios mayores advierten que al tratar de fomentar estas actividades se puede caer en la organización de actividades “exclusivas” para mayores, hecho que se debe evitar, puesto que se convierte en una nueva forma de marginalidad al impedir su integración.
A destacar que el 65% de los encuestados opinan que no se ofrecen actividades intergeneracionales donde compartir experiencias y conocimientos.
Apoyo tecnológico
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Apoyo tecnológico
El apoyo tecnológico que reclaman nuestros mayores no es un tema baladí, ya que el fomento por parte de las Administraciones Públicas, y de la sociedad en general, de la digitalización (centralitas automáticas, peticiones online de médicos, oficinas sin papeles, cajeros automáticos…) está provocando la exclusión social de los mayores, al no estar integrados en las nuevas tecnologías. Por ello proponen:
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Aprovechar los centros de día para dar clases de informática (Internet, redes sociales, smartphones, redes wifi), así como buena práctica proponen aulas de formación donde los menores enseñen a los mayores el manejo de las nuevas tecnologías.
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Incrementar la conectividad haciendo que los espacios más frecuentados por los mayores (ambulatorios, centros de día o bibliotecas) sean espacios redes wifi sin coste.
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Utilizar las nuevas tecnologías para el diseño de actividades intergeneracionales, convirtiéndose en una forma activa de romper las barreras tecnológicas.
Los mayores prefieren los canales presenciales y el “trato humano” frente al virtual. El 82% de los encuestados consideran que el manejo de Internet es difícil.
Reactivación social
La mejor forma de no sentirse desplazado por la sociedad es estar integrado en el tejido social. No olvidemos que la soledad es uno de los principales males que conlleva el envejecimiento, que a su vez es origen de enfermedades, miedos… tal como subraya el estudio, de ahí que se proponga:
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Hacer que los Centros de Mayores o los Centros de Salud se conviertan en emisores de información que cubran otros aspectos de sus vidas, como por ejemplo, las obligaciones tributarias y fiscales, y en general, replantear su funcionamiento con una visión más integral (ocio, sanidad, integración social, comunicación…)
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Fomentar los espacios y las actividades inclusivas y no segmentadas, favoreciendo la inclusión y participación social de los Mayores.
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Facilitar la participación de las personas mayores en la organización de los centros, convirtiéndoles en actores principales y no en sujetos pasivos de los servicios que presta el centro.
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Utilizar las Comunidades de vecinos como posibles nexos de relación entre ciudadanos y Administración.
Uno de sus miedos es que conviertan los centros o las asociaciones vecinales en plataformas políticas, lo que provocaría la huida de gran parte de nuestro mayores.
Como conclusión, los participantes en el estudio consideran que los mayores, como colectivo, están etiquetados como un colectivo homogéneo, invisible y de escasa utilidad y creen que para la sociedad envejecer está mal visto, si bien, a nivel individual consideran que son tratados con respeto y amabilidad.
Como hemos recalcado en este blog, la integración intergeneracional es el mejor instrumento para devolver al colectivo de mayores una voz activa dentro de la sociedad, es por ello que las administraciones públicas deberían apoyar los proyectos intergeneracionales.