Ampliar nuestros lazos sociales dentro de nuestros pueblos, ciudades o barrios para marcar una diferencia en el bienestar individual.
Capital social, ¿qué es?
Te invito a que te hagas esta pregunta: ¿cuántas personas de confianza tienes a tu alrededor para echarte una mano? O dicho de otro modo, ¿cuánta gente piensa en ti para, llegado el momento, pedirte ayuda? El capital social es el conjunto de relaciones sociales bidireccionales que establecemos con nuestros familiares, amigos y allegados. Estas relaciones sinceras y humanas no solo nos producen enorme satisfacción por el mero hecho de existir sino que, llegado el momento, también sirven para ayudarnos los unos a los otros y salir adelante en momentos de dificultad.
Por eso, gozar de un buen capital social es una buena defensa frente a los vaivenes de la vida(desempleo, separaciones sentimentales, periodos de crisis económica, depresión, etc.), al tiempo que es una herramienta diaria para la ostentación de una vida digna través de la simple socialización.
Régimen de bienestar Mediterráneo e individualismo
El régimen de bienestar español es común al de otros países del Mediterráneo y se caracteriza por prácticas culturales de adscripción a redes sociales de influencia particular y familiar, en lugar de comprender la solidaridad como un activo común de la ciudadanía.
En otras palabras, tenemos culturalmente interiorizado que antes de pedir ayuda a nadie debemos tratar de sacarnos las castañas del fuego de forma individual y, si esto no funciona, entonces recurrir a nuestros familiares; en esta cadena, la sociedad civil y el Estado están en el último lugar (o directamente no están) en el imaginario de la colectividad.
No son pocos los problemas que estamos afrontando hoy en día como sociedad; por nombrar algunos: la longevidad y sus retos (soledad, dependencia, etc), desempleo (y su especial crueldad con los jóvenes), dificultad para acceder a una vivienda digna (especialmente en jóvenes y familias monoparentales) o la emigración juvenil debida a falta de oportunidades laborales en las poblaciones de origen de la ciudadanía.
Así, a la hora de abordar estos retos sociales, las estrategias de apoyo familiar prevalecen como forma de apoyo social entre los ciudadanos; como consecuencia se produce una fuerte división social del trabajo por género al tiempo que mercantiliza los bienes y servicios básicos del bienestar, incluyendo el de los cuidados, entre otros. En definitiva, el sistema de provisión público se apoya en las redes familiares de apoyo mutuo en ausencia de políticas sociales de gran alcance.
La pregunta aquí es, ¿es esto mejorable?, ¿es lo que queremos como sociedad? ¿existe rango de mejora?, ¿podríamos hacer algo al respecto?
Comunidad de servicios con carácter INTERGENERACIONAL
Situaciones de crisis como la que estamos viviendo con el COVID-19 (agravada más aún si cabe debido a la Gran Recesión del 2009), exacerba los problemas sociales explicados en el apartado anterior.
Desde mYmO entendemos que este sistema de provisión social puede mejorar notablemente ampliando nuestras redes sociales más allá de la familia y allegados, incluyendo a más personas de la comunidad cercana al tiempo que se insta a la Administración Pública a asumir competencias que garanticen el bienestar de la ciudadanía sin ir en detrimento del desarrollo individual. Entonces, ¿cómo se puede comenzar a caminar en esa dirección? Nuestra propuesta: fomentando la empatía y el apoyo social a través de la creación de comunidades donde se fomente la ayuda bidireccional entre las personas.
Unidad Urbana Intergeneracional (UiU)
Una Unidad Urbana Intergeneracional es una comunidad de servicios promovida por una asociación civil de personas que quieren mejorar sus condiciones de vida individual al tiempo que comprenden que forman parte de un grupo más grande: su pueblo, su barrio, su ciudad, su región. Esta comunidad incluye una convivencia (no necesariamente física) donde se sienten las bases para facilitar el acceso a la vivienda y a espacios comunes, se fomente la convivencia, el desarrollo local y se cree una red de apoyo intergeneracional donde se comprenda que el desarrollo individual está ligado, hoy más que nunca, también al desarrollo y mejora de nuestra comunidad social más cercana.
¿Qué queremos conseguir con la creación de una comunidad intergeneracional?
- Acercar las diferentes realidades sociales a los propios protagonistas de las mismas y encontrar espacios de encuentro y de apoyo mutuo donde se siente las bases para comenzar a cubrir los aspectos necesarios para ampliar el capital social y crecer como comunidad.
- Fomentar la innovación social: resolución de problemas de la comunidad que generen riqueza (económica o no) y que permitan el desarrollo local y la ostentación de una vida digna.
- Abordar los retos de la longevidad en la comunidad al tiempo que se hacen partícipes a las personas mayores en la mejora de su realidad social cercana.
- Detección de necesidades de convivencia y posterior implantación de acuerdos de beneficio mutuo ¿Existen personas viviendo solas o con viviendas infrautilizadas? ¿Existe necesidad de acceso a vivienda por algún colectivo? Y lo más importante, ¿cómo se pueden ponerse en contacto para llegar a un acuerdo de beneficio mutuo?
- Detección de necesidades de acompañamiento. ¿Qué personas precisan de qué conocimiento o ayuda y a su vez este conocimiento ya está disponible en la comunidad? ¿Existen personas senior dispuestas a mentorizar y/o asesorar personas de otras edades en su acceso al empleo o en su ciclo vital? ¿Qué otras necesidades de acompañamiento existen en la comunidad?
- Detección de locales infrautilizados, vacíos o deteriorados y/o de unidades residenciales para el uso de la comunidad.
Un futuro donde todas las personas quepamos
Con esta iniciativa en la que trabajamos trataremos de acercar a las personas aún más a su entorno y a hacerlas partícipes de su propio devenir, al tiempo que detectamos más problemas (y soluciones). En definitiva: queremos ser catalizadores para que las personas co-creen su futuro.
¿Sabes? Soy de los que piensa que el mundo no se “cambia”. El mundo se crea. A cada instante estás creando el mundo en el que vives.
Lo creas en cada contacto con otro ser humano, en cada conversación. Lo creas cuando te levantas por la mañana y das los buenos días a tu pareja. Lo creas cuando das las gracias al camarero que te sirve ese café calentito y humeante por la mañana.
Lo creas cuando agradeces una ducha a presión, porque, créeme, la echas de menos cuando no la tienes.
Lo creas cuando buscas tu propio beneficio a la par que el beneficio de los demás. Porque la vida no trata de elegir una cosa u otra… ¡Qué va! Se trata de comprender que las dos partes deben tenerse siempre en cuenta.
Tú.
Y los demás.
Autor: Iván Ojanguren
2 comentarios
La UiU es una realidad que en general nadie la sabe gestión, lo cual es parte del analfabetismo gerontológico básico que cualquier sociedad debería tener y no la tiene. lo cual hace complejo cualquier integración intergeneracional, por la falta de formación de los profesionales de la salud en general y de los gerontólogos clínicos y sociales en tiempos de vejez sin fronteras.
Hola Carlos, muchas gracias por compartir con nosotras tus reflexiones. Estamos de acuerdo que hay mucho camino por recorrer y que la formación de las personas que trabajan en los diferentes ámbitos, diría no solamente de la salud y gerontología, es fundamental. Como cualquier cambio requiere de la suma de muchos esfuerzos de personas y entidades. En mYmO confiamos que paso a paso llegaremos a comunidades sostenibles y para nosotras deben ser intergeneracionales. Esperamos verte por aquí! Feliz día!