El paso del tiempo es una evidencia solamente constatable si se tiene tiempo para reflexionar.
Pensaba en esta idea hace unos días cuando vi como un grupo de lo que parecían ser oficinistas, perdón el anacronismo, pero a la gente de mi edad todos los trajeados con aspecto de ir muy de tarde en tarde al baño nos parecen oficinistas, aunque en realidad empleen su tiempo en limpiar los baños que tan poco frecuentan; pues estos oficinistas decía, corrían por la acera de una de las calles de lo que podríamos considerar el distrito financiero Madrileño. En Madrid , es cierto, es difícil hablar de distritos, y mucho menos de finanzas. Aquí las cosas se hacen en negro con el mismo traje con el que se equipan nuestros rápidos oficinistas. Y es entonces cuando reparé en la verdad que motiva estas líneas. Corrían, ¿pero hacia dónde? O ¿para qué?
Personalmente creo que corrían, y aún siguen corriendo, en busca del acceso a ese distrito financiero donde todo se hace en negro. Debe estar muy escondido, aunque su olor se extienda por toda la ciudad.
No entienden, o no se paran a entender, que de lo único que nunca dispondrán será de un saldo equivalente de tiempo en negro. Cuando se trata del tiempo, todos pagamos con la misma tarjeta.
Rodolfo B.W.