Autor: Cipriano Rivera
En el artículo se identifican tres vías para que se pueda considerar una empresa como socialmente responsable y con qué grado de involucración. Así, en el escalón más alto (tercera vía) se encuentran aquellas empresas que combaten los problemas sociales a través de cambios en su gestión interna. Uno de estos problemas es el reto de la gestión de la edad dentro de las organizaciones. ¿Somos conscientes de ello?, ¿Lo estamos valorando correctamente?, descúbrelo a través del cuestionario “on line” incluido en el blog.
Grados de involucración de la empresa
Ser considerada una empresa como socialmente responsable es una cuestión que puede dar lugar a un amplio debate dentro del mundo empresarial, con enfoques dispares en función del punto de vista del contertulio y sin necesidad de enraizarlo dentro de un debate ideológico, aunque sin duda será fácil caer en ello.
Así, para muchos empresarios una empresa es socialmente responsable cuando crea empleo y cumple la normativa laboral de su sector. Este modo de pensar refleja una pobre visión del papel de la empresa dentro de la sociedad, aunque hemos de decir que responde a su rol esencial: generar riqueza y redistribuirla.
Por ello, hace ya tiempo que algunos empresarios dieron un paso más y comenzaron a financiar proyectos realizados por asociaciones, ONG’s o por iniciativas solidarias de personas comprometidas. Desde esta visión, la responsabilidad social se desarrolla involucrándose financieramente con proyectos humanitarios y mediante personal externo, es decir, sin conllevar cambios internos en su gestión empresarial, y con ello, manteniendo una muralla entre la gestión interna de la empresa y los problemas de la sociedad.
Sin embargo, esta segunda vía de responsabilidad sigue siendo frustrante para muchos empresarios al no cumplir con las demandas de la sociedad, como es ofrecer soluciones desde un punto de vista empresarial para atajar los problemas de la sociedad, aperturando así una tercera vía para desarrollar la responsabilidad social de la empresa.
Por medio de esta tercera vía están aflorando diferentes formas y grados de entender el compromiso de la empresa con la sociedad, como por ejemplo, combatiendo la desigualdad de género en las plantillas de las empresas, promoviendo el respeto al medio ambiente en todo el ciclo productivo y/o en la cadena de distribución de las mercancías, o favoreciendo la integración laboral de personas con discapacidades o en peligro de exclusión social, entre otros. De este modo, la empresa se convierte en palanca de cambio de la sociedad.
Esta tercera vía no supone la exclusión de las otras dos, muy al contrario, el punto de partida de una empresa socialmente responsable sigue siendo el cumplimiento normativo en su interpretación más amplía y pasa por la promoción de determinadas actividades sociales o humanitarias que la empresa no puede realizar por sí misma, como por ejemplo, actividades educativas, sanitarias, medioambientales o de integración social.
Es dentro de esta tercera vía de responsabilidad social donde mYmO, como entidad de innovación social, se mueve; al ayudar a las empresas a desarrollar un enfoque de compromiso social basado en la convivencia intergeneracional, fomentando la cooperación entre jóvenes y adultos al facilitar herramientas para convertir equipos multi-generación en equipos intergeneracionales. Todo ello englobado en un programa más amplio, como es la gestión de la edad en las empresas.
El reto de la gestión de la edad en las organizaciones empresariales
¿Por qué la gestión de la edad dentro de las empresas se está convirtiendo en un problema equiparable al de la lucha para evitar la desigualdad de género, por citar un ejemplo?
Hay un hecho evidente: el envejecimiento de la población ya está afectando al crecimiento económico, a las pensiones y a las transferencias intergeneracionales (las necesidades de las personas mayores en materia de coberturas sanitarias, sociales y económicas están consumiendo todo el ahorro de las jóvenes generaciones), creando con ello tensiones entre los sistemas de protección social y el mercado de trabajo. Por ello, es necesario la creación de políticas de envejecimiento activo, tanto en la sociedad como en las empresas, que permitan a los senior permanecer más tiempo ocupados y generando ingresos, dejando de ser una carga social.
Ahora bien, para tratar de resolver un problema, como el de la gestión de la edad, es condición necesaria reconocerlo antes. Para ello existen diferentes herramientas a través de las cuales podemos analizar si nuestras organizaciones están alineadas con una correcta gestión de la edad.
Desde este blog os facilitamos una herramienta “on line” basada en un cuestionario desarrollado por “La Asociación Vasca de Agencias de Desarrollo Local, Garapen” y dividido en cuatro dimensiones que a juicio de los expertos son de capital importancia para desarrollar una adecuada gestión de la edad en las empresas:
- el desarrollo o carrera profesional
- la formación continua
- la gestión del conocimiento
- la adaptación del puesto asociada a la salud y seguridad laboral
A través de este cuestionario podremos valorar nuestra empresa en relación con la gestión de la edad de la plantilla. Si quieres saber si tu empresa es consciente de este problema, puedes acceder al cuestionario a través del siguiente enlace.
Si estás interesado en saber más de estos temas no dudes en mirar las ventajas de pertenecer a la Red de Embajadores de la Diversidad Generacional que estamos tejiendo.