Autor: Donato Capozzi
En los dos posts anteriores (Evolución de la población mundial. El caso España Evolución de la población mundial. Los países más desarrollados y los menos) hemos visto como la velocidad de crecimiento demográfico a nivel mundial se encuentra en paulatina disminución. Por otro lado el dato mundial se desglosa de manera muy diferente entre países desarrollados y países en desarrollo. En muchos de los primeros la población se encuentra ya en disminución, mientras que los segundos, a pesar de la menor velocidad de crecimiento, siguen teniendo un aumento poblacional. En todo caso, la disminución de la velocidad de crecimiento es elemento suficiente para que la edad media de la población vaya creciendo en ambas categorías de países.
Ahora quisiéramos ver en cierto detalle cuales son las proyecciones demográficas relativas a unos cuantos países de Europa Occidental. A este propósito es interesante subrayar como las proyecciones constituyen un ejercicio estadístico en que se toman en cuenta los factores que puedan influenciar el balance demográfico (tasa de fertilidad, tasa de mortalidad, esperanza de vida, la situación económica, la inmigración, la emigración, etc.) y sus tendencias para el próximo futuro. Analizando las tendencias de los varios factores y sabiendo cómo influyen en el equilibrio poblacional, se realizan las proyecciones correspondientes.
En el caso de España los análisis y las proyecciones las realiza el Instituto Nacional de Estadística, cuyo sitio Web (http://www.ine.es/) es muy rico de datos y de información demográfica sobre el país.
Si consideramos que los factores que afectan las proyecciones demográficas pueden sufrir cambios imprevistos en sus tendencias, tendríamos que preguntarnos cuál es el nivel de confianza que podemos atribuir a dichas proyecciones o, lo que es lo mismo, cuál podría ser el margen de error de las previsiones.
Efectivamente tomando en consideración estos factores se obtiene una proyección más parecida a un abanico que a una curva individual. En el caso español por ejemplo tendríamos el siguiente desarrollo poblacional hasta el 2100:
Fuente: United Nations – Department of Economic and Social Affairs – Population Division
La línea continua en rojo en la zona mediana coincide con los datos de proyección demográfica para España que hemos analizado en el primer post. Por otro lado si solicitamos un nivel de confianza del 80% o del 95% tenemos que tomar en cuenta un área de incertidumbre compresa entre las líneas rojas de trato. Como se puede ver el abanico de posibilidades es muy amplio y se vuelve todavía más amplio (el área comprendida entre las líneas de trato azules) si consideramos una variación de ±0.5 niños por mujer en el índice de natalidad, que en España en 2015 fue de 1.33 niños por mujer.
En correspondencia al 2010 hay un evidente punto de flexión, con una decidida discontinuidad en una curva que hasta este año iba subiendo. Y el 2010 corresponde con el año en que la crisis económica comenzó a afectar duramente las condiciones de vida en España. Vamos a ver en el mismo sitio Web las curvas correspondientes a otros países fuertemente afectados por la crisis (como Grecia o Portugal) y de otros menos afectados (Francia, Alemania o Reino Unido):
Como podemos ver, para Grecia y Portugal se repite el mismo patrón: curvas descendientes con un punto de inflexión evidente en 2010. Este punto de inflexión no se encuentra en las curvas correspondientes a Francia, Reino Unido y Alemania.
Las previsiones de INE para el 2050 se basan en las tendencias actuales, que no son las mismas de hace diez años. Las proyecciones de INE para 2050 hechas antes del 2010 seguramente eran distintas (nadie pudo o quiso prever las crisis que se nos venía encima).
Hace diez años el futuro que nos imaginábamos era mejor, pero esto también implica que estas proyecciones no constituyen certidumbres absolutas talladas en la piedra y sin posibilidad de modificaciones: dependen de la situación de los últimos años. El futuro que se prevé ahora, con una población en continua disminución y con una edad media siempre más elevada, puede ser trasformado: depende obviamente del contexto económico internacional, pero también depende de las políticas económicas y sociales que se implementarán.