Autora: Eleonora Barone
El lunes pasado los mymosos, como a veces nos gusta llamarnos, hicimos el primer ensayo de los que van a ser los talleres intergeneracionales que desarrollaremos a partir de enero.
La participación fue de 5 senior, incluida Elena, la facilitadora, y 5 junior, ¡incluida yo!
Es muy difícil resumir las dinámicas que nos ocuparon durante dos horas y media en la biblioteca del Madrid International LAB, pero una cosa es cierta: el tiempo pasó volando, se nos hizo muy corta la tarde y todos querían más. Toda una experiencia.
El título del taller era “Comunicación creativa” y el objetivo era establecer nuevas formas de comunicación que nos permitan instaurar relaciones emocionales de manera diferente, intuitiva y divertida. Sin duda, un programa muy ambicioso.
Para compartir con los que estáis leyendo el contenido, o mejor dicho las reflexiones de la tarde, centraré la atención en cuatro aspectos que me han gustado particularmente.
Lo primero que hicimos fue reorganizar el espacio. Cambiamos la disposición de todo el mobiliario de la sala donde estábamos para sentirnos más libres, para estar más cómodos o simplemente para tomar conciencia del hecho que el espacio influye mucho a la hora de establecer relaciones, de dar libertad a la creatividad. El espacio puede constituir un aliado o una barrera a la hora de que la comunicación y la creatividad fluyan.
La comunicación no verbal. Nos presentamos todos sin hablar. Entrar en la habitación y mirar, quizás sonreír, movernos en el espacio con nuestros compañeros y compañeras sentados mirándonos, en silencio. Desde luego una sensación muy fuerte, curiosa, desafiante. No estamos acostumbrados a presentarnos sin hablar y haciéndolo relucieron características personales que dicen mucho de cada uno de nosotros. Algunas dispensaban sonrisas, otros miraban fijo a los observadores, otras cogieron una mochila como signo distintivo o alguien diría protector. Algunas tocábamos el hombro o la mano de los participantes, otros se movían rápido o lento, seguro o tímido…..una declinación de tonos y colores para todos los gustos que nos devolvió una imagen muy clara de algunas de las características principales de la personalidad de cada participante.
El juego. Consistió en presentarnos, esta vez con palabras, pero eligiendo los cinco aspectos que no nos representan. Normalmente estamos acostumbrados a presentarnos listando las mejores características que consideramos que nos hacen únicos. Somos generosos, creativos, optimistas, valientes… vamos unos tíos geniales…;-))) El ejercicio de poner en una lista las cinco cosas que no nos representan es muy original y nos dejó a todos en blanco durante un minuto largo, por lo menos. La cuestión es mirar de otra manera, dejar espacio para ver las cosas desde una perspectiva diferente. Ser libres de ser otros incluso y representar por un momento un personaje que en realidad hemos dicho que no nos representa, pero ¿será verdad? ¿No será que es la otra cara de la moneda? ¿serán nuestros hombros? La libertad de experimentar con otras sensaciones que a veces tendemos a excluir como negativas o apartar como no deseadas. Escenificando los “No soy yo” salen también los “Si a veces ese otro también soy yo”
Toda la tarde fue un ejercicio de ejercer nuestra libertad, desatar la creatividad y en resumidas cuentas jugar. Hay una frase que siempre me hace sonreír y encuentro que es muy significativa: “No dejamos de jugar porque nos hacemos mayores. Nos hacemos mayores porque dejamos jugar” (Bernard Shaw – Dublín 1856 – Hertfordshire 1950, escritor irlandés ganador del Premio Nobel de literatura en 1925 y del Óscar en 1938).
Realmente cuando se nos deja espacio para hacer lo que nos da la gana nos quedamos siempre un poco bloqueado, demasiada libertad nos asusta…pero realizar ejercicios y reflexiones para volver a conectar con nuestro hemisferio derecho nos ayudan a reafirmarnos, a reconocer nuestras habilidades e incluso diría yo a ser más colaborativos. Quizás la creatividad sea una buena herramienta para romper las barreras de la edad, de la cultura, y las diferencia que tenemos cada ser humano. Como dice Elena “Todos somos Todos“. Aun habiendo miles de declinaciones del Ser en todas las personas hay partes de los demás.
Por último, pero no en orden de importancia, la mirada. Mirarnos a los ojos durante un minuto sin hablar. Aquí seré breve. Probarlo y si ya lo habéis probado volver a repetir el experimento. Creo que nos enamoraríamos cada día si nos miráramos en los ojos con intención y en silencio dejando fluir la energía como si fuéramos de verdad uno, unos con otros.
3 comentarios
Se puede participar en este taller?
Me encanta!
Hola Nuria, muchas gracias por tu comentario…claro que se puede participar, como es senior y junior es abierto a todas las edades y colores!;-))) en enero haremos más así que me apunto tu dirección de correo para invitarte, vives en Madrid?. Muchas gracias y felices fiestas!
Si, vivo en Madrid. Muchas gracias de que os acordéis de mí para el próximo taller.
Hasta enero. Felices fiestas para ti también.
Como no recuerdo si te dejé el nombre y correo, por si acaso, te lo mando ahora.