Autora: Cristina Rubio
Pienso que podemos estar de acuerdo en considerar que un buen propósito es aquel que alcanzamos con éxito y seguramente también que en nuestra vida muchos de nuestros propósitos tienen de “bueno” sobre todo la intención, porque, a menudo, sólo se quedan en eso.
Y para alcanzar con éxito un propósito es imprescindible tener un plan, ser justo con uno mismo (no es tan fácil como parece) y tener clara nuestra motivación (esto, también es difícil de conseguir).
No hay recetas únicas, para casi nada en la vida, tampoco para los propósitos, sin embargo prevalecen algunos pasos que se repiten regularmente en todos los ejemplos que acaban con éxito.
Os invito a recorrer juntos en este post esos PASOS CLAVE que pueden facilitar que culminemos nuestros propósitos con éxito:
NO CONFUNDIR DESEOS CON DECISIONES
Todos tenemos aspiraciones y preferencias, de diferente arraigo, intensidad o prioridad, variopintos como nosotros – queremos hacer ejercicio, perder peso, dejar de fumar, aumentar la productividad de nuestro tiempo, estudiar un idioma, piano o papiroflexia, no tener miedo a hablar en público, cambiar de trabajo, mejorar las relaciones con nuestra pareja, hacer voluntariado, ir al cine, escalar un ocho mil y así un infinito “etc.”-. Pero, ¿cuántos de esos deseos se terminan convirtiendo en una nueva frustración?
Y es que dicho, pensado y sentido así, estamos tan sólo hablando de deseo que es importante, porque constituye nuestro primer paso “Establecer el QUÉ”, pero con el que habitualmente nos enredamos al confundirlo con el segundo de los pasos clave, nuestro “PARA QUÉ”, que constituye los cimientos sobre los que el deseo podrá crecer hasta convertirse en propósito.
Pongamos un ejemplo:
- Qué deseo: Apuntarme al gimnasio
- Para qué: ¿Para mejorar mi salud cardiovascular?, ¿perder o no ganar peso?, mejorar mi flexibilidad, o conocer gente para hacer una pandilla nueva…
De hecho, es precisamente nuestro PARA QUÉ el motor que nos permite convertir el deseo en una decisión, en la determinación necesaria si queremos de corazón alcanzar con éxito nuestro propósito.
ES IMPRESCINDIBLE QUE TE ASEGURES DE QUE EL PROPÓSITO ES UNA ELECCIÓN PERSONAL, ¿lo quieres TÚ de verdad? O sólo porque los demás lo hacen, o porque los demás lo quieren o lo esperan de ti. ¿Por qué los propósitos han de ser de año nuevo? A lo mejor para ti y tu propósito el mejor momento es el verano.
Si no nos aseguramos que el propósito es nuestro, y nos motiva a nosotros principal o exclusivamente, resultará infructuoso, y seguramente terminará afianzando nuestras creencias limitantes, nos hará sentir frustración y alimentar la inseguridad para que el propio propósito, aunque sea de verdad de corazón, se torne en desilusión.
PLANEAR EL PROPÓSITO
Contesta por escrito y de manera razonada a la siguiente pregunta: ¿estás comprometido con tu propósito? Procura describir tu compromiso con todo detalle. (Si ahora no tienes tiempo puedes parar aquí la lectura y cuando hayas podido realizar dicho ejercicio continua leyendo).
¿Cómo dices?
¿Qué no quieres escribirlo?
¿Qué tú no necesitas escribirlo?
Si es este tu caso, mejor cambia de propósito, o mejor olvídalo directamente, porque así no podrás ir más allá del “me gustaría….”, Quizás no sea de verdad un propósito. Al menos antes de lanzarte a la épica aventura te aconsejo poner tu propósito en cuarentena.
¿Por qué os propongo poner negro sobre blanco vuestro propósito? Porque nuestro cerebro presta mayor atención a aquello que escribimos, que a lo que solo pensamos o verbalizamos, escribir nuestro propósito nos ayuda a comprometernos con él, a hacerlo de verdad nuestro. ¿Qué pierdes? ¡Escríbelo!
APRENDE A DISFRUTAR DESDE AHORA DE LOS BENEFICIOS DE TU PROPÓSITO
Vamos a sufrir, vamos a padecer los inconvenientes a corto plazo y debemos tomar conciencia claramente de los beneficios a medio y largo que mi propósito me aportará porque ellos serán uno de los pilares de nuestra motivación durante el proceso.
Sí, vamos a padecer, y en algunos propósitos mucho, a corto plazo (de manera limitada en el tiempo, no va a ser para el resto de nuestra existencia) para después poder disfrutar después de manera ilimitada (sine die compañeros) de los beneficios que nos aporta aquello que queremos, incluyendo descubrir que hemos aprendido un camino que transitar cada vez que identifiquemos algo que queramos incorporar o desechar de nuestra vida. Seremos conscientes de nuestra capacidad de cambio, de mejora, y hasta reconoceremos tener un nuevo superpoder ;-)
Pero, ¿cómo tomar conciencia de los beneficios de mi propósito?
Piensa en todo lo positivo que conllevará para ti conseguir el éxito en tu propósito:
1.- Visualización antes de iniciar el proceso y durante el mismo siempre que notes decaer tu motivación.
Describe la escena de la manera más emocional posible, (dejo de fumar y con lo que ahorro me permito ir cada mes a un spa a darme un masaje, o un fin de semana al campo ( y recopilas fotos del lugar al que irás cuando lleves un mes sin fumar), o decides aprender un idioma para ampliar lo que puedes ofrecer profesionalmente y te imaginas a ti mismo, cambiando de trabajo y atendiendo una entrevista en ese idioma….
2.- Una vez que lo has visualizado traspásalo al papel, cuéntatelo por escrito como si te mandaras una carta desde el futuro y léelo cada día, e incluso si lo grabas escúchate contarlo, no olvides incluir una o varias imágenes que simbolicen LOS BENEFICIOS PARA TI de tu propósito.
IDENTIFICA LAS BARRERAS
Identificar los obstáculos o barreras es tan importante como tomar conciencia de los beneficios de nuestra determinación, y en este caso conocer de antemano alguna de las pruebas a superar nos permite prepararnos adecuadamente para afrontarlas.
Hay dos frenos generalizados en casi todos nuestros propósitos de cambio:
La opinión de nuestros amigos y familiares (Si creemos que serán positivas forman parte de los beneficios del propósito y debemos apuntarlas en los beneficios, si creemos que no serán positivas debemos afrontarlas cómo obstáculos del camino) En general, nos importa y mucho, lo que ellos pueden pensar al respecto de nuestros propósitos.
Nosotros mismos: Cuestiona tus creencias porque somos capaces inconscientemente de proponernos una nueva meta tan sólo para reforzar una creencia limitante: yo no valgo para el ejercicio físico, nunca me ha gustado
EL “ALGODÓN” SMART TAMPOCO ENGAÑA
¡Pero que me estás contando Cristina si esto es más viejo que el tebeo!
Cierto, pero conocido no es sinónimo de practicado. ¿eh?, ¡a qué sí! Por ejemplo, ¿cuántas veces antes de acometer un nuevo propósito habéis pasado vuestro deseo por el filtro SMART?
Destripemos un poco este acrónimo inglés:
S- Específico. ¡DEBE SER CONCRETO!: no vale con “practicaré yoga para mejorar mi forma física” sino algo así como: he decidido asistir a clase de yoga en la escuela TODOYOGA, los jueves en los meses comprendidos entre septiembre y junio y durante el resto del año caminaré cada día media hora inmediatamente después de cenar.
M – Medible: Qué pueda fácilmente revisar que estoy cumpliendo con mi propósito: en la temporada de yoga un día en semana y 90 minutos , en el verano cada día un paseo de 30 minutos.
A – Alcanzable: DEBE SER FACTIBLE ALCANZAR EL OBJETIVO, no se trata de hacer heroicidades. Si llevo sin practicar ejercicio toda la vida y mi propósito es participar en una maratón al mes de iniciar mi entrenamiento, ciertamente no estaré apostando al caballo ganador, bueno quizás a la maratón llegues pero no te aseguro la salida por tus propios medios.
R- Realista., si sé que por mis horarios personales y profesionales, después de cenar tengo que montar la marimorena para salir, en lugar de proponerme salir a caminar inmediatamente después de la cena y al tercer día desistir, mejor plantearme desde el principio caminar en un horario que pueda conciliar con el resto de áreas de mi vida. .
T- Tiempo. PON una fecha de inicio y una de finalización, ¿pero si he conseguido mi propósito de practicar yoga y lo he afianzado en mis rutinas porque poner fecha de caducidad? No es la fecha de finalización para practicar yoga, sino del camino para alcanzar tu propósito, puedes, y debes, continuar con el yoga pero debes celebrar que has conseguido tu objetivo.
Qué parezca infinito, no necesariamente ayuda. Las montañas se escalan paso a paso, y sin el anterior paso, el presente o el próximo paso son imposibles, no se escala dando saltos de pértiga. Además no solo debemos celebrar el momento en el que alcanzamos la cima, podemos establecer metas volantes, campamentos base, y celebrar también cada uno de ellos. Con ello ayudamos a nuestro cerebro a relacionar los cambios que esta produciendo nuestro propósito con el placer de lo que vamos consiguiendo y no solo con el sufrimiento de lo que estamos dejando atrás, con el duelo de lo que estamos perdiendo.
ME DIO EL BAJÓN: DOTACIÓN DE EMERGENCIA
El último paso clave en el proceso de alcanzar con éxito un propósito personal consiste en tener siempre dispuesto en botiquín de primeros auxilios de refuerzos positivos.
El proceso en el que estamos inmersos requiere del mayor Amor por nosotros mismos, de manera consciente nos estamos pidiendo algo, que en nuestro plano inconsciente ( como la respiración es un proceso inconsciente la mayor parte del tiempo) estaremos tirando por tierra de continuo. Nuestro cerebro está programado para resistirse al cambio porque eso implica un consumo extra de energía (muy ecológico nuestro cerebro).
Por eso no debemos castigarnos sintiéndonos culpables, nada de abrir la veda a nuestro enemigo interno: ya lo sabía yo, nunca soy capaz, yo no puedo, total para que…. En su lugar regresa al plan y cambia lo que no se está ajustando, LO QUE NO HA FUNCIONADO, pero no tiras la toalla, porque no has conseguido seguir el plan de tu propósito de manera escrupulosa, recapacita que te ha hecho caer, piensa si lo puedes cambiar, modifícalo en el plan, revisa tu motivación, tu para qué, y continua.
Volvemos a la montaña, estamos escalando, de pronto resbalamos y retrocedemos unos metros, ¿abandonamos el ascenso o seguimos?. ¡La toalla no necesitamos tirarla! Y si decides no ascender de manera definitiva, pregúntate si de verdad era lo que querías tú y si has trabajado el plan correctamente.
Uno de los factores que mayores cuotas de abandono provoca es el tiempo. Y para salvar esta barrera, que sea de verdad alcanzable (a veces menos es más) es lo más importante, por eso pequeños pasos lentos pero seguros (practicar yoga el primer viernes de cada mes) son más eficientes que los propósitos más elevados que con mayor frecuencia se quedan sin resuello a mitad de camino (a partir de mañana practicaré yoga cada día).
Prepara una red de apoyo, amigos o familiares que estén dispuestos a ayudarte cuando surfees el borde de la incertidumbre y la tentación de abandonar el camino asome la cara. Si además se da la ocasión de compartir propósito con otra persona se multiplican las fuerzas porque es más difícil que todos los participantes, aunque seamos dos, entremos en crisis al mismo tiempo.
Llegados a este punto del camino solo recordar que nuestros propósitos, cómo ánimo o intención de hacer o de no hacer algo de manera voluntaria y deliberada que son, para que no se queden en efecto gaseosa y alcancen con éxito su objetivo necesitan: de mucho amor con un mismo y de un pacto inquebrantable con la estrategia.
Así que ya sabéis papel y lápiz!!!!
Gracias por vuestro tiempo y os espero el mes que viene con “Un lienzo por pintar”
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2 comentarios
Gracias por este artículo tan claro, concreto, práctico y motivador. Parece más fácil conseguir nuevos propósitos.;)
Gracias de nuevo Cristina Rubio
Muchas gracias por tu comentario Ninex y me alegra que pueda resultarte útil de algún modo. Un abrazo!!!