Autora: Raquel Martín
Brianda Domecq es una mujer inquieta, de ese tipo de personas de las que uno siempre se queda corto hablando. En mYmO la conocimos gracias al blog Womans Soul, una comunidad donde mujeres de diferentes culturas y orígenes escriben, publican y comparten reflexiones y comportamientos. Brianda es la autora más senior de la comunidad, y a sus 74 años tiene mucho que contar: ha vivido en cuatro países de dos continentes distintos y ha escrito 9 libros, tres de los cuales se han traducido al inglés. Además de colaborar en Womans Soul tiene un blog, Writing a life, en el que, entre otras cosas, muestra los resultados de una investigación genealógica de las mujeres de su familia que ha hecho en los últimos años.
Actualmente, viviendo en un pueblito del sudoeste de Francia y con 74 años, Brianda afirma que “lo más increíble de la actual etapa de mi vida es encontrar que nunca había sido tan feliz”.
La felicidad y la serenidad se consigue valorando las pequeñas cosas y disfrutándolas en su valor. “Por azares del destino, vivo en un pueblo increíblemente bello; tengo amistades generosas y muy queridas; me acompaña una perrita con mucha perronalidad que me hace reír y me deja las manos sintiéndose amadas cuando la acaricio.
No sé qué más podría pedir.” añade. Compartimos con ella un momento de reflexión sobre su etapa vital, las mujeres senior y un método de trabajo psicoemocional que afirma le cambió la vida.
Aunque reconoce que quizá la sociedad sí desaprovecha el potencial de un colectivo muy grande: el de las mujeres. Y, concretamente, las mujeres mayores: su energía, su creatividad y su destreza se diluyen, a veces entre prejuicios, a veces entre tradicionalismos, no llegando a aportar valores añadidos al resto de la sociedad. “Y sí, las mujeres mayores tenemos mucho que ofrecer, y hay que buscar el lugar donde hacemos falta”, se reafirma Brianda.
Brianda es una senior a la que le gusta crear, quiere hacer que la sociedad aproveche su potencial, el que ha conseguido con sus experiencias personales y generacionales. “no es responsabilidad de la sociedad hacerme sentir aprovechada: es la mía. Realmente creo que tengo que aprovechar mi edad y mi posición económica y social para hacer voluntariado y ayudar a otros, sobre todo los más jóvenes que tienen problemas”, comenta.
“Creo que cuando una mujer pasa los 50 años y ha hecho algo de trabajo interior, algo sucede.” comenta, afirmando que, por una serie de circunstancias personales, al menos así fue para ella. “He observado (y mi observación ha sido muy limitada) que las mujeres solemos encontrar un segundo aliento de vida después de los 50, una vez que los hijos han partido. Es cuando comenzamos realmente a desarrollarnos en un área de nuestro interés. Claro, a esa edad es difícil triunfar en el sentido masculino de la sociedad, pero nos completamos.” La vida puede ser muy interesante cuando se empieza a asumir un tiempo libre que antes no se tenía. Algunas personas lo usan para crear, otras para poner en práctica viejas aficiones, y también puede ser un buen momento para volver a estudiar, tal como reflejábamos el mes pasado en este artículo.
Cada persona afronta de manera diferente sus etapas, incluida la senior, pero es casi una obviedad que las mujeres tienen ante sí retos distintos para ese momento vital. “La diferencia –para hombres y mujeres individualmente- está en cómo enfrentan esos retos no en los retos en sí. Y creo que, hombres y mujeres, en la edad senior, enfrentamos el mismo reto: el del cuerpo que envejece.” Brianda nos cuenta cómo se enfrenta al reto del paso del tiempo: comenta que, si una persona piensa que no debería tener arrugas es “una receta segura de infelicidad en la vejez”, y en lugar de eso se centra en “todas las manera posibles de porqué sí debo tener las arrugas y, incluso, porqué mi vida es mejor gracias a ellas.”
El método “The Work”
Desde el inicio de la entrevista, Brianda me habló de The Work, un método que yo misma he bautizado como “de trabajo psicoemocional” del que nunca había oído hablar antes, pero que llegó a cambiar la vida a Brianda. Este método, en palabras de su propia autora, Byron Katie, es una forma distinta de encontrarnos con nuestros pensamientos, partiendo de la base de que el sufrimiento está causado por un pensamiento estresante. El pensamiento es siempre subjetivo, y debemos aceptar que yo puedo ver una cosa de forma muy distinta a la que la veas tu (el famoso “incidente” del vestido azul y negro o blanco y dorado es el perfecto y el más sencillo ejemplo para realizar una metáfora de la enorme complejidad que supone la subjetividad humana y cómo la olvidamos con frecuencia).
The Work se basa en identificar los pensamientos conflictivos que en ocasiones tenemos y cuestionarlos mediante la ejecución de cuatro sencillas preguntas. Brianda lo explica sucintamente: “The Work nos invita a cuestionar los pensamientos estresantes y observar cómo afectan nuestro cuerpo y quién seríamos si no creyésemos ese pensamiento.” Lo esencial en este método de reflexión es descubrir que “no es la otra persona que me hace sentir mal, son mis pensamientos. Esta observación me devuelve todo el poder sobre mi vida: nadie puede perturbarme o dañarme, esa es mi responsabilidad y ya tengo la solución”
Brianda comenta que gracias a The Work ha aprendido a cuestionar sus propios pensamientos y ha vuelto a descubrir la realidad, y que eso le ha convertido en una mujer feliz. Afirma que no es una cuestión de edad su puesta en práctica: “todos, mis hijos y mis nietos, todos han hecho The Work y lo siguen haciendo igual que yo.”
Brianda me dice al principio de la entrevista que nunca había sido tan feliz como a sus 74 años, y al final de la misma comenta que por primera vez conoce lo que es la serenidad, con todo lo que ello implica, algo que jamás pensó lograr. “Si me viene un pensamiento estresante sobre el futuro, (Trump va a ser un desastre, por ejemplo), lo cuestiono y me quedo allí hasta ver claramente, que mi vida se convierte en “un desastre” cuando me creo ese pensamiento, y eso que hasta el momento Trump no ha hecho gran cosa, pero ¡Yo ya estoy viviendo como si lo hubiera hecho!”
Optimismo, serenidad, sencillez, inversión del pensamiento, intenciones constructivas y no destructivas… quizás todos estos matices sirvan para entender lo que es la felicidad y saber saborearla. Se tenga la edad que se tenga.
Un comentario
Este método ya ha sido aplicado hace muchos años por personas que se han interesado en un trabajo personal y lo han realizado desde la psicología conductual. Bienvenido sea con el nombre que sea, sobre todo si sirve a las personas para tener una actitud distinta ante lo que se presenta como un problema.